Yo tengo 28 años, era del “C” y nuestra lista empezaba con Noé y terminaba con Marco Antonio. Todos recordamos los nombres y apellidos de los que estaban en medio, pero me daría rabia dejarme a gente en el tintero. Llegué al colegio en el 86 en mitad de curso en 2º de EGB con los nervios que eso conlleva, pero me senté con Raquel y enseguida me integré con el resto. En 3º vendría mucha gente nueva.
Tuvimos de profesores a Graciliana, Ricardo, Teresa, Margarita Junquera, Julián, Fernando, Agapito, Carolina, Teo, etc. A Antonio le tengo que agradecer que nos inculcase el deporte como afición. Nos llevó varios fines de semana a Pajares a hacer esquí alpino y de fondo y también me animó a jugar a voley cuando recibí en clase el primer “balonazo”. Hoy sigo jugando...
Tengo muchas imágenes grabadas que me vienen a la mente como flashes al entrar en esta página: los recreos en el patio, recoger manzanas para la fiesta de la manzana, los carnavales, las exhibiciones de fin de curso, la odisea de llegar a clase los días que llovía mucho y se inundaba la entrada, incluso el conserje y sus perros que ladraban sin parar cada vez que alguien se acercaba a su caseta.
Recuerdo llamar desde la cabina del hall cuando teníamos que empezar a marcar el 5 delante del número de teléfono de 6 cifras, y ver al lado una mesa enorme con el lote que se sorteaba para el viaje de estudios. Por un número no me tocó... Luego en clase “volaban” papelitos que salían de la boca de algunos y acababan en el techo. En una excursión a Candás y Perlora subí por primera vez a un tren, y también tuve que sacar el pasaporte para ir a Portugal en el viaje de octavo cuando todavía no era suficiente para viajar por Europa el DNI.
Soy una de tantos alumnos que nos hemos ido a trabajar fuera de Gijón, aunque en Madrid hay tantos asturianos que a veces parece no haber salido de allí. Espero encontrar muchas caras conocidas este 5 de mayo en el colegio, gracias por organizar este encuentro. Lo que habrán cambiado nuestras vidas desde entonces...
Ana Serrada